Esta tarta, la he hecho con mucho mucho cariño, es para Alejandro, el niño mas guapo del mundo. Bueno, el mas guapo, el mas bueno, el mas cariñoso… A mi me gusta bromear con sus padres sobre él y mi ratona, si las cosas estuviesen como antiguamente, ya habría concertado su matrimonio hace tiempo, tanto por el yerno como por los consuegros.
Cuanto nos gustaría elegir las parejas de nuestros hijos….
Es la típica tarta de galletas, pero REDONDA, todo un reto.
El caso es que no resultó demasiado difícil, y al parecer estaba buena, ó era muy pequeña, porque no sobró demasiada.
Vamos con la receta:
INGREDIENTES
1 paquete de galletas María redondas (un paquete de esos que llevan 4 rulos)
½ litro de leche
1 bote de crema de chocolate del DIA (creo que es la mejor)
2 botes de nata montada
2 bolsas de Lacasitos
PROCEDIMIENTO
Lo primero que hice fue forrar la base para la tarta, y la medida que tomé fue la de la bandeja de arriba de mi frigorífico, je, pero es que lo mas importante de la tarta era que se mantuviese fresca para que el chocolate no se derritiese. El caso es que puse un cartón doble, para que quedase firme, lo forré con papel de aluminio, luego con papel de regalo y después con forro de los libros de mi ratona. Después lo adorné con pegatinas y todo eso.
Una vez terminada la base, vacié el bote de la crema de cacao del DIA en un bol, eché la primera dosis de nata montada, vamos removiendo (cuesta un montón integrarlo) y cuando está integrado echamos mas, así hasta que ya no nos queda nata.
Una vez hecho el ganaché, situé un aro (de molde de bizcocho desmoldable) en el sitio donde quería que quedase la tarta y comencé con la primera capa de galletas bañadas, capa de chocolate, capa de galletas, y así “hasta el infinito y mas allá”. El sistema para que no queden huecos lo podeis encontrar aquí.
Una vez terminada, la metí al frigo toda la noche, para que se pusiese duro el chocolate.
Al día siguiente, abrí el aro y lo retiré, quedo chula, pero luego la recubrí con chocolate entera para que se pegasen los Lacasitos.
Situé la tarta en la mesa de la cocina y, armada de gran paciencia, comencé a poner Lacasitos: naranja, verde, azul…. Cuando de pronto, Dios Mío, los Lacasitos de los bordes empezaron a escurrirse. Otra vez al frigo.
Y así, a tandas terminé de decorarla. La verdad es que quedó chula.
UN BESO GRANDE, ALEJANDRO
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