Hace no demasiado tiempo, descubrí el maravilloso mundo de la repostería, y se ha convertido casi en una obsesión.
No hay semana que no pase un ratito frente al horno viendo como suben, o no, las magdalenas o el bizcocho de turno.
Es increiblemente asombroso lo que se puede hacer con una magdalena.
Yo, desde mi humildad, voy a intentar compartir con todo el que quiera, mis experiencias buenas y malas.
Un saludo a todo el mundo
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